sábado, 17 de septiembre de 2011
Vida eterna sin pasar por la vicaría
Este señor de barba quijotesca no vive en una cueva comiendo hormigas. Tampoco es que este emperrado en que todo lo viejo vuelve y quiera ser vanguardia en el revival del look bíblico, aunque puede que su aspecto este inspirado por Matusalén. Se llama Aubrey de Grey y tiene la sana intención de llegar a viejo. En concreto, espera vivir alrededor de mil años. Imaginaros la tarta de cumpleaños.
Dejemos la pregunta "Ju wans tu liv forever", en palabras de Freddy Mercury, de lado de momento. Centrémonos primero en la más práctica. ¿Se puede llegar a la vida eterna? ¿No es el envejecimiento algo natural e irreversible, consecuencia directa del metabolismo de nuestras células? La mayoría de la comunidad científica piensa que sí, que se puede frenar, retrasar, aliviar sus efectos más perniciosos en la medida de lo posible y poco más. Sin embargo, hay gente que no está de acuerdo y sus voces se dejan oir cada vez más.
El señor de Grey, a pesar de sus evidentes rasgos de frikismo, no esta hablando para cuatro locos en un garaje, o en una quedada que ha hecho con sus colegas del facebook. Este video está grabado en un encuentro entre científicos, pensadores, artistas e intelectuales de caracter anual llamado TED (tecnología, entretenimiento, diseño) y que cuenta entre sus oradores con Al Gore, Bill Gates y cientos de personalidades de reconocido prestigio en sus respectivos campos. Y su propuesta es radical: La vida eterna no sólo es posible sino que está a la vuelta de la esquina.
Su razonamiento es que dentro de poco tiempo, habrá tratamientos de "rejuvenecimiento" que podrán alargar nuestra vida unos treinta años. Pero en esas tres décadas, se habrá mejorado la tecnología, y se podrá alargar nuestra vida otros 30 o 50 años. y así sucesivamente.
Si hombre, como van a hacer eso. Palabrería, estareis pensando. Bueno, pensad por un momento, que a partir de una donación de tus propias celulas se te pudiera imprimir un riñon. Sin necesidad de donante, sin riesgo de rechazo. Una impresora en tres dimensiones te hace tu riñon a la carta. ¿Ciencia ficción?
Imagina pues, que todos tus organos son reemplazables. Imagina que existan terapias que aseguren que todas las celulas que mueren sean reemplazadas, que eliminan los tóxicos, etc, etc. El señor de Gray afirma que estas terapias podrían estar listas en 15 o 20 años. O sea que seremos la primera generación en la que algunos (los que tengan la pasta, tranquilos) podrían llegar a vivir más de lo que nunca hemos imaginado posible, y en teoría con una salud de veinteañero. ¿Te imaginas jubilarte a los 967? ¿Que coñazo, no?
Si la idea de seguir en el mismo cuerpo durante siglos no te acaba de convencer, tranquil@. Otro señor, Ray Kurzweil, te propone una solución más limpia. Descarga tu memoria en un superordenador y olvidate de engorrosas terapias, vivirás para siempre. Pero de eso hablaremos otro dia.
martes, 16 de agosto de 2011
World Fighter II: Ayn Rand vs Ché Guevara. Round 2... Fight!
En el post anterior nos introdujimos en las vidas de nuestros dos contendientes. Veamos ahora sus “golpes”. Sus visiones del mundo e ideologías, en los puntos fuertes y debilidades de las mismas.
El objetivismo es la filosofía creada por Ayn Rand. A mi me parece un poco valiente llamarlo filosofia, pero el valor no es algo de lo que Rand anduviera escasa. En una entrevista le preguntaron por los filosofos más importantes y respondió tranquilamente, "Las tres As, Aristóteles, Aquino y Ayn Rand".
La premisa central del objetivismo como filosofía viene a ser que hay una realidad objetiva y verificable, y que lo que es subjetivo es la respuesta a estas realidades. Digo que me parece un poco valiente porque por un lado la ciencia apunta cada vez más a una realidad poco objetiva y sobre todo en permanente cambio, apuntando más hacia Heráclito que hacia Aristoteles. Y también porque es una filosofía demasiado política. Y eso es precisamente lo más importante de Rand, la parte sociopolítica de su pensamiento. En las novelas de Rand, el protagonista lucha contra lo establecido, se rebela contra los compromisos sociales y se niega a que nadie interfiera con su talento artístico o científico. El tema siempre es la libertad individual por encima de todo. Ello tiene ciertas implicaciones políticas bastante importantes. El gobierno no es el representante de los ciudadanos que ha de velar por su bienestar, es un mal necesario que debe limitarse a su mínima expresión y usar su fuerza en contadas ocasiones. Porque todo gobierno conduce al final al autoritarismo. Es como el pitbull que queremos de perro guardián pero que intentamos no tener junto a los niños en el salón. Así pues, el estado debe defendernos de agresiones foráneas, pero no meterse en nuestras vidas, para bien o para mal. No debemos pagar impuestos, ni siquiera tener carné de identidad, pero por tanto no podemos reclamar seguridad social, ni subsidios por desempleo, ni ayudas a los necesitados, ni nada por el estilo. Para evitar el caos, un sistema judicial fuerte y efectivo. Que cada uno sea responsable de cómo le va y que sea libre mientras no interfiera con la libertad con los demás.
La verdad es que en un principio, hay que reconocer que estas ideas tienen cierto atractivo. Aunque en Europa y sobre todo en España estamos acostumbrados a un estado fuerte, hay que recordar que Estados Unidos nace como nación guiado por el espiritu colonizador, la libertad religiosa y el rechazo al autoritarismo. Y encaja con esa mentalidad protestante emprendedora y dinámica y sin obstáculos burocráticos para los negocios que les ha funcionado tan bien durante mucho tiempo.
Pero rápidamente aparecen problemas prácticos. En estas fechas, se están celebrando las primarias a candidato republicano contra Obama en 2012 (¡a estos les pone una campaña más que a los nuestros!) Uno de ellos es el eterno outsider “libertario” Ron Paul, del que hablaremos más adelante. El caso es que le plantearon la siguiente situación: Supongamos que una persona joven, con éxito y de buena salud, decide no contratar un seguro médico (recordad que pagar la seguridad social es una “imposición” del gobierno y que por tanto cada uno debe ser libre de elegir si contrata un seguro médico o no) y sin embargo sufre una afección repentina que lo deja en coma. ¿Debería el hospital desconectar al paciente y dejarlo morir, ya que no puede pagar y no tiene seguro médico? Desde el público alguien gritó “¡Sí!” y se escapó algún aplauso, pero el evento era para militantes del Tea Party. El preguntado intentó esquivar la pregunta y apeló al buen corazón de familiares, médicos y demás para no dejar morir al joven, pero no sonó muy convincente. El problema es que la linea de pensamiento de la libertad absoluta acaba chocando con este tipo de límites constantemente. Hasta los freakies de Tea Party no se atreven a afrontar ese tipo de contradicciones internas del ideario libertario.
Por otro lado, aceptar estas ideas supone aceptar que todos partimos con las mismas oportunidades. Esto puede que fuera más o menos cierto durante la colonización de los Estados Unidos, pero desde luego no lo es ahora, y tampoco en la época en que Rand escribió sus novelas. Ella defendía que las circunstancias personales tenían una importancia despreciable comparadas con el potencial del ser humano bien utilizado, pero esto es cuando menos discutible. Ella misma tuvo que conocer ejemplos de gente menos afortunada que ella y tuviera que vivir en la URSS bajo Stalin.
Según Rand, las clases sociales parecerían tener una razón de ser natural. En una sociedad realmente libre y con las mínimas interferencias institucionales, los mejores progresan por sus propios méritos, y por tanto están donde están y tienen lo que tienen porque se lo merecen. Los que se hablan de desigualdades e injusticias lo hacen desde la hipocresía, la envidia, o la ambición autoritaria. En palabras que uno de los primeros seguidores de Rand, el economista de la escuela austriaca von Mises, le escribiría en una carta: "Usted tiene el coraje de decirle a las masas lo que no les ha dicho nunca ningún político: sois inferiores y todas las mejoras en vuestras condiciones de vida que dais por sentadas son resultado de los esfuerzos de gente que es mejor que vosotros".
Pero seria injusto olvidar que Rand fue coherente toda su vida, lo que le supuso problemas por mantener posiciones muy controvertidas. Por ejemplo, los conservadores norteamericanos, aunque afines a sus ideas de libertad individual y de un gobierno lo más pequeño posible, se horrorizaban ante sus posiciones ateas, proabortistas o contra la represión de la homosexualidad. Al final de sus días Rand criticó duramente a Tacher y Reagan los supuestos representantes de su visión social, por que solo buscaban la libertad para el dinero.
El Ché por su parte, entendía que el capitalismo liberal de EEUU era precisamente el causante de la opresión en latinoamerica y sobre todo de los indígenas. Las grandes compañías estadounidenses eran las propietarias de facto de mucho paises pequeños, y usaban a sus habitantes prácticamente como esclavos. Con dictadores afines, que reprimian con crueldad cualquier petición de justicia social. Las matanzas y los abusos eran comunes. La expulsión de los indígenas de sus tierras, la pobreza, el abuso, el racismo. Una sociedad casi feudal era lo que tenía que soportar dia a día la grandisima mayoría de los latinoamericanos. El Ché, alguien que podía haber elegido perfectamente mantenerse al margen, desde su posición acomodada de la sociedad argentina, decidió que había llegado el momento de hacer algo. Pero no de apoyar económicamente o políticamente a los campesinos, si no el de arriesgar su propia vida, una y otra vez, por la causa de los más necesitados, de los olvidados de America.
Su talento para la guerra de guerrillas es incuestionable. Su capacidad para motivar a las tropas también. Y su heroicidad es legendaria. Pensar que un asmático niño bien argentino acabaría derrocando a Batista en Cuba y causando innumerables revoluciones proletarias por todo el mundo es admirable.
Aunque existe una doctrina política llamada guevarismo, se centra más en como levantar al pueblo, llevar a cabo una guerra de guerrillas y conseguir el apoyo de la población que en las políticas a aplicar una vez en el poder. Si nos tenemos que guiar de la validez de sus ideas por lo que hizo en el gobierno de Cuba, la perspectiva no es muy halagüeña. Para empezar eligió ponerse al frente del tribunal que ordenaba los fusilamientos, y afirmo sin tapujos que se seguirían produciendo. Las políticas económicas que implementaron Fidel Castro y él, y que rechazaban los pequeños pasos hacia la creación de mercados que hasta la URSS y China habían adoptado, fracasaron bastante sonoramente. Apenas cinco años después de derrocar a Batista, el Ché, siempre buscando la acción (revolucionaria) dejaría el gobierno y se lanzaría hacia la infructuosa aventura africana.
De hecho el comunismo (lo de China no se puede llamar comunismo, creo yo) no ha conseguido hacer funcionar sus premisas básicas en ningún país en los últimos años, y los únicos estados donde el estado marca precios, es dueño de los bienes productivos o las tierras son fracasos del estilo del Corea del Norte. El por qué nos llevaría a un debate complejo y peliagudo, pero yo me atrevería a sugerir que puede haber algo en el hecho de valorar algo como tuyo, en la aspiración a mejorar y otros mecanismos del ser humano que se llevan mal con la idea de una sociedad totalmente solidaria, donde todos cuidan de todos pero nadie puede elegir nada, y que llevan hacia la necesidad de controlar los medios, la aparición del mercado negro, corrupción y muchos problemas más.
Esta es, por supuesto una visión muy parcial de ambas corrientes de pensamiento, casi se podría decir que es un analisis frívolo por lo superficial, pero me parece que es interesante resaltar las similitudes entre ambas.
En primer lugar, ambas aseguran que buscan la libertad para la humanidad. El matiz esta en liberarse de qué. Para Rand, del opresivo estado, el autoritarismo y las convenciones sociales. Para el Ché de la opresión del capital, el esclavismo y la cruel lucha de clases. Ambas también tienen profundas contradicciones internas. Si a mí me dicen que el hijo de Bill Gates tiene practimante las mismas oportunidades que el octavo hijo de un granjero africano y que de lo que depende su futuro es de como use su potencial, lo que venga después será un mero rumor de fondo tras un estruendoso "aaaaaaaamos aaaaaaaaaaandaaaaaa" interior. Por otro lado, si me explican que el camino hacia la libertad es la represión e incluso eliminación del que no piensa como tú, y el absoluto control por parte del estado de los medios de producción, comunicación, etc, chispa más o menos lo mismo.
Y sin embargo, parece no haber espacio entre una cosa y otra. Aunque la inmensa mayoría no estaríamos de acuerdo con ninguna de las dos ideas en su totalidad, y por tanto dudaríamos, creemos que estamos obligados a elegir como el que escoje equipo de futbol. Y una vez elegido el enfoque, sólo tenemos que ir acumulando la información que necesitamos para, primero desacreditar la otra corriente de pensamiento y después poder ignorar las críticas que nos hagan desde el otro bando, por muy plausibles que estas sean. Pero uno no se cambia del Madrid al Barsa, o va con Xavi, Casillas y Cazorla. Esto es a todo o nada. Al fin y al cabo, si los que nos dicen que las cosas son así o asá no dudan jamás, sera por que lo tienen más claro que nosotros... ¿O no?
Pues yo creo que, como diría el sabio, "Camiseta del Ché 10€, "La rebelión de Atlas 20€, no dejar que una buena idea de convierta en dogma... no tiene precio"
Por cierto, me hace gracia pensar que los sucesores intelectuales de estos dos podrían ser Ron Paul y Slavok Sisek. La gracia está en que esta vez el filosofo loco, neurótico y rarito, pero muy cachondo, es Slavoj Zizek, es el que defiende la posición marxista, la lucha contra el capitalismo, etc. Y el carismático y de reconocida trayectoria es el libertario, con un carisma arrollador y congresista desde hace la tira de años. Ron Paul, del que hablábamos antes.
Zizek, aparte de aportar una devastadora crítica del sistema actual, tiene ideas interesantes sobre como enfrentarse a problemas ambientales o desmanes financieros. Ver una de sus charlas es pasar un buen rato asegurado y disfrutar de su acido sentido del humor.
Paul fue de los pocos republicanos que se opuso no sólo a la guerra de Irak, si no también a la de Afghanistan, propone sacar de la carcel a cualquiera que este en ella por un delito de dogras por que a su juicio el consumo y el trafico no deberían ser delito, y otras propuestas realmente sorprendentes, merece la pena escucharlas.
El objetivismo es la filosofía creada por Ayn Rand. A mi me parece un poco valiente llamarlo filosofia, pero el valor no es algo de lo que Rand anduviera escasa. En una entrevista le preguntaron por los filosofos más importantes y respondió tranquilamente, "Las tres As, Aristóteles, Aquino y Ayn Rand".
La premisa central del objetivismo como filosofía viene a ser que hay una realidad objetiva y verificable, y que lo que es subjetivo es la respuesta a estas realidades. Digo que me parece un poco valiente porque por un lado la ciencia apunta cada vez más a una realidad poco objetiva y sobre todo en permanente cambio, apuntando más hacia Heráclito que hacia Aristoteles. Y también porque es una filosofía demasiado política. Y eso es precisamente lo más importante de Rand, la parte sociopolítica de su pensamiento. En las novelas de Rand, el protagonista lucha contra lo establecido, se rebela contra los compromisos sociales y se niega a que nadie interfiera con su talento artístico o científico. El tema siempre es la libertad individual por encima de todo. Ello tiene ciertas implicaciones políticas bastante importantes. El gobierno no es el representante de los ciudadanos que ha de velar por su bienestar, es un mal necesario que debe limitarse a su mínima expresión y usar su fuerza en contadas ocasiones. Porque todo gobierno conduce al final al autoritarismo. Es como el pitbull que queremos de perro guardián pero que intentamos no tener junto a los niños en el salón. Así pues, el estado debe defendernos de agresiones foráneas, pero no meterse en nuestras vidas, para bien o para mal. No debemos pagar impuestos, ni siquiera tener carné de identidad, pero por tanto no podemos reclamar seguridad social, ni subsidios por desempleo, ni ayudas a los necesitados, ni nada por el estilo. Para evitar el caos, un sistema judicial fuerte y efectivo. Que cada uno sea responsable de cómo le va y que sea libre mientras no interfiera con la libertad con los demás.
La verdad es que en un principio, hay que reconocer que estas ideas tienen cierto atractivo. Aunque en Europa y sobre todo en España estamos acostumbrados a un estado fuerte, hay que recordar que Estados Unidos nace como nación guiado por el espiritu colonizador, la libertad religiosa y el rechazo al autoritarismo. Y encaja con esa mentalidad protestante emprendedora y dinámica y sin obstáculos burocráticos para los negocios que les ha funcionado tan bien durante mucho tiempo.
Pero rápidamente aparecen problemas prácticos. En estas fechas, se están celebrando las primarias a candidato republicano contra Obama en 2012 (¡a estos les pone una campaña más que a los nuestros!) Uno de ellos es el eterno outsider “libertario” Ron Paul, del que hablaremos más adelante. El caso es que le plantearon la siguiente situación: Supongamos que una persona joven, con éxito y de buena salud, decide no contratar un seguro médico (recordad que pagar la seguridad social es una “imposición” del gobierno y que por tanto cada uno debe ser libre de elegir si contrata un seguro médico o no) y sin embargo sufre una afección repentina que lo deja en coma. ¿Debería el hospital desconectar al paciente y dejarlo morir, ya que no puede pagar y no tiene seguro médico? Desde el público alguien gritó “¡Sí!” y se escapó algún aplauso, pero el evento era para militantes del Tea Party. El preguntado intentó esquivar la pregunta y apeló al buen corazón de familiares, médicos y demás para no dejar morir al joven, pero no sonó muy convincente. El problema es que la linea de pensamiento de la libertad absoluta acaba chocando con este tipo de límites constantemente. Hasta los freakies de Tea Party no se atreven a afrontar ese tipo de contradicciones internas del ideario libertario.
Por otro lado, aceptar estas ideas supone aceptar que todos partimos con las mismas oportunidades. Esto puede que fuera más o menos cierto durante la colonización de los Estados Unidos, pero desde luego no lo es ahora, y tampoco en la época en que Rand escribió sus novelas. Ella defendía que las circunstancias personales tenían una importancia despreciable comparadas con el potencial del ser humano bien utilizado, pero esto es cuando menos discutible. Ella misma tuvo que conocer ejemplos de gente menos afortunada que ella y tuviera que vivir en la URSS bajo Stalin.
Según Rand, las clases sociales parecerían tener una razón de ser natural. En una sociedad realmente libre y con las mínimas interferencias institucionales, los mejores progresan por sus propios méritos, y por tanto están donde están y tienen lo que tienen porque se lo merecen. Los que se hablan de desigualdades e injusticias lo hacen desde la hipocresía, la envidia, o la ambición autoritaria. En palabras que uno de los primeros seguidores de Rand, el economista de la escuela austriaca von Mises, le escribiría en una carta: "Usted tiene el coraje de decirle a las masas lo que no les ha dicho nunca ningún político: sois inferiores y todas las mejoras en vuestras condiciones de vida que dais por sentadas son resultado de los esfuerzos de gente que es mejor que vosotros".
Pero seria injusto olvidar que Rand fue coherente toda su vida, lo que le supuso problemas por mantener posiciones muy controvertidas. Por ejemplo, los conservadores norteamericanos, aunque afines a sus ideas de libertad individual y de un gobierno lo más pequeño posible, se horrorizaban ante sus posiciones ateas, proabortistas o contra la represión de la homosexualidad. Al final de sus días Rand criticó duramente a Tacher y Reagan los supuestos representantes de su visión social, por que solo buscaban la libertad para el dinero.
El Ché por su parte, entendía que el capitalismo liberal de EEUU era precisamente el causante de la opresión en latinoamerica y sobre todo de los indígenas. Las grandes compañías estadounidenses eran las propietarias de facto de mucho paises pequeños, y usaban a sus habitantes prácticamente como esclavos. Con dictadores afines, que reprimian con crueldad cualquier petición de justicia social. Las matanzas y los abusos eran comunes. La expulsión de los indígenas de sus tierras, la pobreza, el abuso, el racismo. Una sociedad casi feudal era lo que tenía que soportar dia a día la grandisima mayoría de los latinoamericanos. El Ché, alguien que podía haber elegido perfectamente mantenerse al margen, desde su posición acomodada de la sociedad argentina, decidió que había llegado el momento de hacer algo. Pero no de apoyar económicamente o políticamente a los campesinos, si no el de arriesgar su propia vida, una y otra vez, por la causa de los más necesitados, de los olvidados de America.
Su talento para la guerra de guerrillas es incuestionable. Su capacidad para motivar a las tropas también. Y su heroicidad es legendaria. Pensar que un asmático niño bien argentino acabaría derrocando a Batista en Cuba y causando innumerables revoluciones proletarias por todo el mundo es admirable.
Aunque existe una doctrina política llamada guevarismo, se centra más en como levantar al pueblo, llevar a cabo una guerra de guerrillas y conseguir el apoyo de la población que en las políticas a aplicar una vez en el poder. Si nos tenemos que guiar de la validez de sus ideas por lo que hizo en el gobierno de Cuba, la perspectiva no es muy halagüeña. Para empezar eligió ponerse al frente del tribunal que ordenaba los fusilamientos, y afirmo sin tapujos que se seguirían produciendo. Las políticas económicas que implementaron Fidel Castro y él, y que rechazaban los pequeños pasos hacia la creación de mercados que hasta la URSS y China habían adoptado, fracasaron bastante sonoramente. Apenas cinco años después de derrocar a Batista, el Ché, siempre buscando la acción (revolucionaria) dejaría el gobierno y se lanzaría hacia la infructuosa aventura africana.
De hecho el comunismo (lo de China no se puede llamar comunismo, creo yo) no ha conseguido hacer funcionar sus premisas básicas en ningún país en los últimos años, y los únicos estados donde el estado marca precios, es dueño de los bienes productivos o las tierras son fracasos del estilo del Corea del Norte. El por qué nos llevaría a un debate complejo y peliagudo, pero yo me atrevería a sugerir que puede haber algo en el hecho de valorar algo como tuyo, en la aspiración a mejorar y otros mecanismos del ser humano que se llevan mal con la idea de una sociedad totalmente solidaria, donde todos cuidan de todos pero nadie puede elegir nada, y que llevan hacia la necesidad de controlar los medios, la aparición del mercado negro, corrupción y muchos problemas más.
Esta es, por supuesto una visión muy parcial de ambas corrientes de pensamiento, casi se podría decir que es un analisis frívolo por lo superficial, pero me parece que es interesante resaltar las similitudes entre ambas.
En primer lugar, ambas aseguran que buscan la libertad para la humanidad. El matiz esta en liberarse de qué. Para Rand, del opresivo estado, el autoritarismo y las convenciones sociales. Para el Ché de la opresión del capital, el esclavismo y la cruel lucha de clases. Ambas también tienen profundas contradicciones internas. Si a mí me dicen que el hijo de Bill Gates tiene practimante las mismas oportunidades que el octavo hijo de un granjero africano y que de lo que depende su futuro es de como use su potencial, lo que venga después será un mero rumor de fondo tras un estruendoso "aaaaaaaamos aaaaaaaaaaandaaaaaa" interior. Por otro lado, si me explican que el camino hacia la libertad es la represión e incluso eliminación del que no piensa como tú, y el absoluto control por parte del estado de los medios de producción, comunicación, etc, chispa más o menos lo mismo.
Y sin embargo, parece no haber espacio entre una cosa y otra. Aunque la inmensa mayoría no estaríamos de acuerdo con ninguna de las dos ideas en su totalidad, y por tanto dudaríamos, creemos que estamos obligados a elegir como el que escoje equipo de futbol. Y una vez elegido el enfoque, sólo tenemos que ir acumulando la información que necesitamos para, primero desacreditar la otra corriente de pensamiento y después poder ignorar las críticas que nos hagan desde el otro bando, por muy plausibles que estas sean. Pero uno no se cambia del Madrid al Barsa, o va con Xavi, Casillas y Cazorla. Esto es a todo o nada. Al fin y al cabo, si los que nos dicen que las cosas son así o asá no dudan jamás, sera por que lo tienen más claro que nosotros... ¿O no?
Pues yo creo que, como diría el sabio, "Camiseta del Ché 10€, "La rebelión de Atlas 20€, no dejar que una buena idea de convierta en dogma... no tiene precio"
Por cierto, me hace gracia pensar que los sucesores intelectuales de estos dos podrían ser Ron Paul y Slavok Sisek. La gracia está en que esta vez el filosofo loco, neurótico y rarito, pero muy cachondo, es Slavoj Zizek, es el que defiende la posición marxista, la lucha contra el capitalismo, etc. Y el carismático y de reconocida trayectoria es el libertario, con un carisma arrollador y congresista desde hace la tira de años. Ron Paul, del que hablábamos antes.
Zizek, aparte de aportar una devastadora crítica del sistema actual, tiene ideas interesantes sobre como enfrentarse a problemas ambientales o desmanes financieros. Ver una de sus charlas es pasar un buen rato asegurado y disfrutar de su acido sentido del humor.
Paul fue de los pocos republicanos que se opuso no sólo a la guerra de Irak, si no también a la de Afghanistan, propone sacar de la carcel a cualquiera que este en ella por un delito de dogras por que a su juicio el consumo y el trafico no deberían ser delito, y otras propuestas realmente sorprendentes, merece la pena escucharlas.
viernes, 12 de agosto de 2011
World Fighter II: Ayn Rand vs Ché Guevara. Round 1... Fight!
VS
En mi adolescencia, el juego "de tortas" por excelencia era el Street Fighter (como pasa el tiempo, eh?). La de horas que pasaria con mis colegas repartiéndonos estopa virtual, cuando quedabamos para estudiar... Ahora os propongo un combate en la versión actualizada, el World Fighter. No he elegido a otros personajes que a priori parecerían más lógicos, como Adam Smith y Karl Marx, por ejemplo, por dos razones: Primero, por que ya están muy vistos y recuerdo que en el juego siempre gustaba cambiar de "tiillos" de vez en cuando "pa ver que hace este" Y segundo, porque El capital o La riqueza de las naciones han tenido el tiempo suficiente para convertirse en parte de la cultura colectiva, mientras que las ideas y las acciones de estos dos estan todavia muy vivas y eso gusta por que pica más. Si eres de los que te estas preguntando "Y que leches me importa a mi la pelea de estos dos?" La respuesta más sencilla sería que han elegido el escenario La Tierra (u Occidente) y luego nos toca barrerlo a tí y a mí.
En mi opinión, podriamos interpretar (jocosamente, claro) una parte significativa de la política económica los últimos sesenta años, como una ronda de combates indirectos entre estos dos personajes y sobre todo entre las visiones del mundo que adoptaron ellos y sus seguidores. Por eso creo que es interesante que veamos un poco la trayectoria personal e ideológica de ambos personajes y si os parece discutamos como va la cosa y cuál creéis que será el resultado. Como es tradición en los juegos de lucha, haremos dos asaltos y así evitamos también que el post se convierta en un tocho indigerible.
Empecemos con un breve vistazo a la vida de la menos conocida de los dos, Ayn Rand. Nacida Alisa Zinovievna Rosenbaum en el San Petersburgo de 1905, vería a los doce años cómo la revolución bolchevique y el derrocamiento del último Zar suponían para su padre la expropiación de su farmacia y del edificio donde se ubicaba por parte de los soviets. En un principio, la familia huye a Crimea, aún en poder de los nacionalistas rusos opuestos a la revolución. Una vez que toda Rusia es comunista, Rand asiste a la universidad donde se licencia en historia, no sin sufrir grandes impedimentos por su pasado burgués y quizás por su descendencia judia (aunque en aquellos tiempos el antisemitismo no era politica de estado aún en la URSS). Ante semejante panorama, crece en la joven Alisa el deseo de emigrar a Estados Unidos, cosa que consigue a los 21 años aprovechando un visado para visitar a unos familiares. Imaginaros la cara que tuvo que poner a su llegada a Nueva York en los "felices años 20". Ella misma reconocería más tarde que su primera visión del skyline de Manhattan le provocaría "lágrimas de esplendor". Pronto se mudaría a California, para perseguir la que siempre había sido su ambición personal, escribir guiones de cine. Tras unos comienzos dificiles, consigue cierta estabilidad económica. Es a partir de los años 40 cuando empieza a hacerse activa políticamente, cosa que plasma en su primera novela, "El Manantial", donde la libertad individual y el rechazo a la autoridad son temas centrales. La novela, aunque tiene que pasar por doce editores antes de ser publicada y de que debía pesar lo suyo (es un poco larga), es un éxito de ventas y será llevada al cine. Ayn se hace famosa y empieza a cultivar un reducido pero importante grupo de seguidores. Pero no será hasta la publicación de su obra maestra, "La rebelión de Atlas" en 1957 cuando se convierte en archiconocida y sus fans se hacen legión. Sin embargo parece ser que atraviesa una depresión, quizás relacionada con que, mientras escribía la novela, se tomaba las anfetas a cucharadas (por prescripción facultativa, cuidao) A partir de entonces, convertida en una referencia intelectual para los libertarios y un sector de los conservadores estadounidenses, se dedica a dar conferencias, escribir ensayos y dirigir un "think tank" que promovía sus ideas. Antes de su muerte en 1982 y como pasa con toda estrella del rock que se precie, se había peleado con buena parte de sus groupies y estos se habían dividido en varios clubs de fan oficiales. Sin embargo sus ideas estaban empezando a calar muy hondo
El otro de los contendientes, Ernesto Guevara, el Ché, es mucho más conocido, y de hecho es parte de la cultura popular casi global. Tanto es así que la fotografía que le tomó Alberto Korda es, según algunos, la más famosa de la historia. Su condición de icono popular (y tremenedo vendedor de merchandaysing, a que no soy el único que ve la fina ironia?) no quiere decir necesariamente que su vida se conozca excesivamente, asi que vamos a darle un repaso. Nace en 1928, en el seno de una familia acomodada de la clase alta argentina. Tras mudarse varias veces durante la infancia, la familia se instala definitivamente en Buenos Aires, donde su padre monta un negocio inmobiliario, lo que parece ser que supone cierta merma en el estatus económico de los Guevara (¡!). Ernesto comienza sus estudios de medicina y trabaja como asistente en una clínica especializada en la investigación sobre el asma, dolencia que padecía personalmente. Todo el mundo parece coincidir en que su viaje por latinoamérica en 1952, acompañado por su amigo Alberto Granados (y reflejado en la película "Diarios de motocicleta" de Walter Salles) es un punto de inflexión en su vida, dado que conoce de primera mano la miseria en la que viven los indígenas en todos los paises por los que va pasando. También parece crucial su encuentro con Hugo Pesce, médico especializado en la agradable enfermedad de la lepra y dirigente del Partido Comunista Peruano en sus ratos libres. A partir de entonces se involucra cada vez más activamente en el ideario revolucionario. Le pilla en Guatemala el golpe de estado, patrocinado por Estados Unidos, que acabaría con Jacobo Arbenz. Se muda entonces a Méjico, donde conoce a los hermanos Castro y se une a ellos para luchar en Cuba contra Batista. Cuando triunfan, se forma en Cuba un gobierno moderado y anticomunista. Sin embargo, los Castro y el Ché mantienen un gobierno paralelo que va desplazando al anterior y acercándose más a la Unión Soviética, entre otras cosas, por el miedo a una invasión estadounidense. Esto generó un clima de tensión entre las dos superpotencias que llegó a su máxima expresión en la crisis de los misiles. Tras cinco años en el gobierno de Cuba, se ve que se aburría, así que decide seguir internacionalizando la revolución y le parece que África es el mejor lugar para continuar (aunque yo creo que le tuvo que costar, por que con lo que le gustaban los habanos...) Con ese propósito llega al Congo, pero el intento fracasa estrepitosamente, dado que al parecer tenía un fuerte acento argentino hablando suajili. Tras esta experiencia decide volver a América y en concreto monta otra guerrilla en Bolivia, donde sería capturado y posteriormente muerto en octubre de 1967. Como se suele decir en estos casos, muere el hombre y nace la leyenda.
Pero aparte de estas biografías "oficiales" hay otros aspectos humanos que me parecen interesantes. Ayn Rand no tenía la mas estable de las personalidades. Neurótica, depresiva y según algunos casi sociópata, hasta sus discípulos aseguraban que no era una persona precisamente fácil de llevar. En este link podeis ver un video de su primera entrevista en televisión. Como podeis ver, hasta Marujita Díaz es una aficionada comparada con ella en la disciplina de gimnástica ocular.
El Ché, por el contrario, transmitía un magnetismo al que se antoja dificil escapar. Buen orador, sus discursos en la ONU son un ejemplo de ello.
Sin embargo, parece ser que siempre tuvo cierta pasión por la violencia. Ya desde pequeño llegaba con cierta facilidad a las manos en sus discursiones. Cuando su amigo Alberto Granado fue detenido en una protesta estudiantil contra el gobierno, se organizó una marcha para pedir su liberación. Sorprendentemente, él se negó a participar porque " la marcha le parecía un gesto inutil y que sólo conseguirían que los cagaran a palos, y que él sólo iría si le daban un revolver". Y en fin, el resto es historia.
Pero, como bien dice anakhaly en lo que podríamos denominar "la falacia de Al Gore" (el hecho de que su casa produzca una barbaridad de CO2 no desacredita sus opiniones sobre el cambio clímatico), no podemos juzgar las ideas de un individuo basándonos en aspectos personales, así que en el siguiente post nos centraremos en sus visiones del mundo, a ver si sacamos algo en claro.
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