Cuando era pequeño, mi abuela me describía las maravillas de las aves más impresionantes. Con un carisma inagotable y un don para transmitir digno del mejor actor británico, me describía como el halcón puede lanzarse en picado a 300 km/h. Me hacia creer majestuoso albatros, que puede pasar meses en alta mar, volando miles de kilómetros sin tocar tierra. Incluso el pingüino, que parece un poco bobo, puede nadar a velocidades de vértigo, me aseguraba. Y siempre acababa diciéndome que el pato es el animal más torpe de todos. "Vuela despacio, nada regular y corre torpemente" afirmaba, con cierto desdén. El significado de la parábola estaba claro incluso para un crío un tanto inocentón como era yo: en este mundo hay que buscar la excelencia. Se el mejor en algo. Decide qué quieres hacer y persigue ese objetivo sin descanso. Lucha, compite y llega a la cima. Yo, aunque asimilaba cualquier cosa que me dijera mi abuela como si Moisés leyera los mandamientos recién llegado del Sinaí, no conseguía hacer desaparecer de la parte de atrás del cogote una idea, casi un susurro: "los patos que torpes son, macho. Pero los joios vuelan, nadan y corren..." Pero estaba claro que mi abuela debía tener razón, porque todas las películas (esa mirada del tigre...), libros, en el deporte, el mensaje era el mismo. Si hasta en la escuela me enseñaban que el señor ese del boicot a gillette había revolucionado la biología al darse cuenta de que la historia de la vida en la tierra no era más que la lucha feroz por la supervivencia, y solo los mejores lo conseguían.
Así que, ni corto ni perezoso, me dispuse a cumplir a rajatabla con mi destino, con esa única premisa en la cabeza. Fui a la universidad, probé un par de carreras (no era cosa de ser el mejor en el campo equivocado) después decidí ser guitarrista flamenco (esto sí que me gustaba, pero no hay nadie en este mundo más payo que yo) más tarde traductor, profesor de inglés y por circunstancias que no vienen al caso, albañil, fontanero y electricista aficionado (que pasa, uno tiene las aficiones que quiere). Tras alcanzar la más brillante mediocridad en todas estas disciplinas y cuando me he querido dar cuenta, resulta que tengo pico plano, unas cortas patitas con membranas entre los dedos y grazno que da gloria oírme. Por el camino he migrado unas cuantas veces y ya ni siquiera tengo idea de cual es mi charca.Y ahora qué?
Pues ahora, a escribir un blog. Lo se, lo se, era el paso lógico, se me tenía que haber ocurrido antes. Nunca fui muy espabilado para estas cosas. Pero la cosa es, y sobre qué?
No me queda otra que escribir un blog lo suficientemente disperso y (me temo) anárquico para asegurarme de que no va a destacar por nada, vaya que pudiera interesar a alguien. Los temas que me atraen son lo suficientemente desconexos entre si como para garantizar que ese peligro sea mínimo, y mi falta de criterio en el tratamiento de los mismos hará el resto. Me gusta la ciencia y procuraré estar al quite de las noticias que vayan apareciendo. El flamenco me toca la fibra y seguro que se colará algún comentario. Pero sobre todo, y aunque sea solamente por los tiempos que nos está tocando vivir, ando (balanceandome cómicamente de un lado a otro) intrigado por como funcionan las sociedades y la política en el más amplio sentido de la palabra. Antes de que dejéis de leer aquejados de nauseas, tranquilos. Ese deporte del que tanto hablan en el telediario y los periódicos donde básicamente dos equipos, los rojos y los azules, se dedican a ponerse en ridículo constantemente y que creo que se llama el "y tú más" me produce la misma incómoda mezcla de bostezos y arcadas que a cualquiera. Me interesa la economía, eso que algunos llaman parafraseando a von Clausewitz "la continuación de la política por otros medios" y la historia. En definitiva todo lo que me ayude a poner en contexto esa profunda pregunta que supongo tan vieja como la misma humanidad, pero que me parece que es de especial relevancia hoy en día: Qué coh&/(&es está pasando aquí?
Antes de continuar, un par de apuntes metodológicos. Espero que esto no se convierta en una procesión de links, por que para eso ya está San Google, pero procuraré referenciar los temas de la mejor manera que pueda. El problema es que es muy probable que la mayoría os lleven a paginas, videos, etc en inglés. Mal asunto, lo se. Echadle la culpa a la globalización. Otro tema, quizá más de fondo, es que mi firme voluntad va a ser no casarme con nadie, al menos en la medida de lo posible. Calculo que aproximadamente en el mismo momento en el que mi tio se afiliaba al Partido Comunista en la clandestinidad soñando con un futuro proletario, mi abuelo debía andar cantando a los cuatro vientos las heróicas gestas de los tecnócratas del Opus Dei y del desarrollismo. Supongo que sería este ambiente familiar lo que ha provocado en mí severas reacciones alérgicas desde entonces cada vez que un tema se trata desde una perspectiva ideológia única, desde un espíritu forofista de derechas o izquierdas. Esto no quiere decir que no tenga opinión y que no crea que hay que tomar partido, incluso ideológicamente, en muchos temas. Sólo quiere decir que mis opiniones intentaran ser lo menos rígidas posibles, y que no tendré problemas en titubear, incluso contradecirme esquizofrénicamente, si creo que eso puede enriquecer mi visión global (de pato) de cualquier tema que se presente. Para otros (gracias a Dios, o a la sopa primigenea) quedará fijar posturas y tomar decisiones. Yo me conformo con criticar a todo el mundo, que es más divertido. Al lio!
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